Declaración de Rafael Dausá Céspedes, director de América del Norte del MINREX

2004-01-08
El pasado 3 de enero, varios medios de prensa norteamericanos publicaron artículos en los que, citando a un supuesto funcionario del Departamento de Estado, se planteaba que el diplomático cubano Roberto Socorro García, acreditado en la Sección de Intereses de Cuba en Washington, había sido expulsado de los Estados Unidos en el mes de diciembre por "asociarse con elementos criminales".
Con posterioridad, el 4 de enero, el diario The Washington Post publicó, tanto en su versión electrónica como en su versión impresa, un artículo firmado por la periodista Robin Wright en el que, citando nuevamente a funcionarios no identificados del Departamento de Estado, se señalaba que el mencionado diplomático cubano había sido expulsado de los Estados Unidos por "actividades relacionadas con el narcotráfico".
El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza totalmente y desmiente de forma categórica que el compañero Roberto Socorro García haya estado asociado con personas o actividades relacionadas con el narcotráfico en los Estados Unidos, o haya desarrollado actividades dañinas al Gobierno norteamericano o violatorias de su estatus diplomático.
El compañero Roberto Socorro García se desempeñó como tercer secretario de la Sección de Intereses de Cuba en Washington desde el año 2001 hasta el 24 de diciembre de 2003, fecha en que regresó a nuestro país luego de ser injustamente expulsado de los Estados Unidos. Trabajó siempre con total apego a su estatus diplomático y a las normas que establece el Derecho Internacional y en especial la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. Cualquier acusación contra nuestro funcionario no es otra cosa que una burda mentira y una grosera manipulación de la realidad.
Ningún funcionario norteamericano ha informado de forma oficial, ni a la Sección de Intereses de Cuba ni al Ministerio de Relaciones Exteriores, nada que tenga que ver con supuestas actividades criminales o de vínculos con narcotraficantes del funcionario Roberto Socorro.
Resulta revelador, sin embargo, que en varias ocasiones desde que se inició esta campaña el pasado día 3, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Sección de Intereses de Cuba en Washington han cuestionado a funcionarios de la Sección de Intereses de los Estados Unidos y del Departamento de Estado norteamericano sobre este tema y nunca mencionaron una palabra sobre la supuesta asociación con criminales o con elementos vinculados al narcotráfico. Incluso, funcionarios del Departamento de Estado aseguraron a la Sección de Intereses de Cuba en Washington que no tenían ninguna información que corroborara lo publicado por el Washington Post, pero que no tomarían la iniciativa de desmentir la noticia.
El Departamento de Estado agrede nuevamente a nuestro país, y, específicamente, a la Sección de Intereses de Cuba en Washington en aras de complacer a la mafia miamense.
Vale la pena recordar que, como ha sido denunciado con anterioridad, solo en los últimos 13 meses, 19 diplomáticos cubanos han sido expulsados de la Sección de Intereses de Cuba en Washington y de la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas.
Todas estas acciones han intentado obstaculizar el trabajo de nuestras misiones diplomáticas en Estados Unidos e ignorar totalmente la voluntad del pueblo norteamericano, que cada día de forma más evidente favorece un cambio en la política hacia Cuba y una normalización en las relaciones entre los dos países, incluyendo un número creciente de cubanos residentes en esa nación.
Rechazamos, igualmente, cualquier intento por manipular el gastado pretexto del supuesto involucramiento de Cuba en actividades relacionadas con el tráfico de drogas, que parece estar presente en estas falsas acusaciones contra nuestro diplomático.
Demandamos del Departamento de Estado que, si como todo parece indicar, fuera cierto que funcionarios de ese Departamento hayan "filtrado" a la prensa las falacias sobre el supuesto involucramiento del diplomático cubano en actividades criminales y de tráfico de drogas, actúe digna y responsablemente y desmienta estos comentarios.
El Ministerio de Relaciones Exteriores espera ahora que los directivos del diario The Washington Post den a conocer quiénes fueron las fuentes de este malintencionado y falso comentario y que, en interés de que se conozca la verdad de los hechos, tengan a bien publicar la respuesta de Cuba.
La Habana, 7 de enero de 2004.
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